martes, 26 de marzo de 2013

¿QUÉ OCASIONA LA DESERCIÓN ESTUDIANTIL?

Por Jenny Rocío Salinas Atuesta
Docente Gimnacio Gran Colombiano

“Los orígenes de la deserción son tan diversos, como complejos y cambiantes”. 


Siempre que abordamos esta problemática  atribuimos la mayor causa de la deserción a las dificultades económicas de los estudiantes y de sus familias, pero la realidad nos muestra que -no obstante- ser un factor muy influyente, el problema más grave de la deserción radica en los bajos niveles académicos de los estudiantes. Y aunque  existen otros motivos que no están enmarcados dentro de unos índices muy altos, de todas formas si causan deserción. 


Pero lo anterior genera otra gran pregunta ¿Por qué el bajo rendimiento académico?

Varias investigaciones sobre deserción académica hablan de la ausencia de métodos didácticos, fallas en los docentes, falencias en los contenidos programáticos de cada disciplina, falta de esmero de los profesores,  y otro tipo de razones que –aunque en menor escala- afectan al estudiante como la convivencia dentro del grupo, los problemas con los compañeros y los profesores, la baja autoestima, la poca claridad sobre un proyecto de vida, la certeza y desconfianza en la carrera que se ha escogido, las dificultades para adaptarse a los cambios, la mala preparación del estudiante en su formación secundaria.
El primer año de vida universitaria es el más difícil. Un estudio adelantado por el Ministerio de Educación determinó que los principales determinantes de la deserción estudiantil en pregrado están relacionados con el rendimiento académico previo al ingreso del programa de educación superior. 

Para tomar medidas preventivas y mantener una información más precisa sobre la deserción, el Ministerio de Educación Nacional, adjudicó al Centro de Estudios sobre Desarrollo Económico, CEDE, de la Universidad de los Andes, un proyecto para el diseño de una herramienta y una metodología de seguimiento. 

De acuerdo a la información dada a conocer en el “Boletín informativo No. 7 de Educación Superior”, en el desarrollo de este proyecto participaron 70 instituciones de educación superior, el ICFES y el ICETEX, y se tuvieron en cuenta dos tipos de deserción: académica, asociada a bajo rendimiento, y no académica, relacionada con factores socioeconómicos e individuales; cada una fue analizada y tratada de manera diferente.



El documento “Educación Superior”, señala: en cuanto a los factores académicos, los resultados muestran que las Pruebas de Estado son una buena herramienta para predecir la deserción: a mayor puntaje, menor probabilidad de deserción. 

Los estudiantes con puntaje ICFES bajo presentan una mayor tasa de deserción a lo largo de diez semestres. Por ejemplo, en el semestre 10, abandonaron sus estudios el 66% de los estudiantes con puntajes más bajos, frente a un 43% de los estudiantes con puntajes más altos. Fuente: SNIES – SPADIES. En Colombia, a mejores puntajes en las Pruebas de Estado, menor es la deserción. 

La tasa de deserción también muestra grandes diferencias entre los programas académicos que cursan. Los programas agrupados en el área de Ciencias de la Salud reportan los porcentajes más bajos, con una tasa de deserción de 35.3%, mientras que las áreas que registran los índices más altos de deserción son Ingeniería, Arquitectura y Urbanismo (con una tasa de 49.9%), seguida de Economía, Administración y Contaduría (47.1%). 


El mayor número de estudiantes desertan en los primeros semestres de los programas. El comportamiento de la deserción a lo largo de la duración del programa, indica que la mayor tasa de deserción fue de 23,5%, correspondiente al paso entre el primero y el segundo semestre, 



En cuanto a la deserción relacionada con factores socioeconómicos e individuales; cada una fue analizada y tratada de manera diferente y se demostró finalmente que aunque la incidencia es significativamente preocupante, ésta no supera el factor académico que concentra el mayor impacto de la deserción. 



Los resultados del estudio también indican que el apoyo académico es más efectivo durante los primeros semestres y que un apoyo financiero produce mayor impacto en los estudiantes de cuarto semestre en adelante. 

La tasa de deserción de las instituciones privadas (48.7%) es superior en 0.42 puntos porcentuales a la tasa de deserción de las instituciones públicas (48.3%). 

Dentro de las estrategias que plantea el ministerio de Educación Nacional para reducir la deserción están las siguientes: 

En lo académico:


Tutorías: Consisten en un acompañamiento, generalmente individualizado, que se ofrece al estudiante para contribuir al desarrollo y mejoramiento de su potencial académico, sus competencias y la construcción de un plan de vida. Comprende orientación y asesoría haciendo uso de medios educativos y recursos de aprendizaje. Lo realiza un docente u otro estudiante (“tutor par”).
Monitorías: Son asesorías o complementos académicos para aclarar, afirmar o ampliar aspectos relacionados con la enseñanza-aprendizaje. El monitor actúa como asistente del docente, y, por lo tanto, participa en el desarrollo de los contenidos académicos.
Refuerzos: Son todas aquellas actividades académicas que tienen como propósito fortalecer y reforzar el aprendizaje, las habilidades y competencias. No son obligatorias y pueden ser tomadas en instituciones diferentes a la institución de educación superior donde se cursa el programa académico.
Nivelatorios: Son aquellos cursos que tienen por objeto que los estudiantes que reprobaron una materia o crédito académico puedan aprobarla y queden así nivelados para el semestre siguiente y que los estudiantes que deseen puedan adelantar materias y/o créditos académicos de semestres subsiguientes. Expresiones equivalentes son los denominados remediales o cursos de vacaciones. 

En lo financiero: 


Una tipificación del apoyo financiero que las instituciones de educación superior realizan, muestra que este se concentra en: 



  • Becas y descuentos en el valor de la matrícula por méritos académicos, deportivos, artísticos. 



  • Descuentos en el valor de la matrícula por convenios interinstitucionales o cooperación extranjera. 

  • Descuentos de las matrículas por acuerdos sindicales o con los empleados. 



  • Estímulos económicos por participación en actividades curriculares. 



  • Financiación directa del valor de la matrícula. 



  • Gestión ante instituciones bancarias para la financiación del valor de la matrícula.